Es cierto que el amarillo podría resultar demasiado llamativo en una decoración de 15 años, pero si lo usas con equilibrio, no tiene porque verse chocante. Lo que debes es no sobrecargar el salón, sillas, mesas y centros de mesa con la tonalidad, por lo que más vale combinarlo con otros colores como el blanco, el celeste, rosa y hasta verde.
Como podrás adivinar, el amarillo está asociado con el brillo de la luz, ya sea la natural del sol o la artificial, entonces, él solo le da un aire de vida a lo que lo rodea. Trata de agregar elementos naturales como las flores sueltas o en ramos y si utilizas globos, cómpralos en tono dorado para lograr la armonía.
Incluso puedes mezclar objetos o accesorios de color gris junto con el amarillo, pues se trata de que aunque la decoración tiene un color dominante, no significa que vas a dejar de lado a los demás tonos.